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No es un secreto que la meditación tiene una repercusión directa y beneficiosa en la salud y el bienestar del cuerpo y la mente.

Es un hecho conocido desde las antiguas tradiciones, por ejemplo, de los hindúes y los vedas.

No obstante, ahora la ciencia lo respalda con estudios científicos detallados sobre los aspectos fisiológicos y neuronales implicados en la práctica de la meditación.

Meditación y respiración

Cada vez es más popular llegar a la meditación a través de alguna práctica como el yoga o el mindfulness.

Todas tienen en común que se inician con una respiración pausada y profunda.

¿Por qué?

Pues porque, de esta forma, se centra la atención total en el proceso de inhalar y exhalar y se activa la presencia, el estar en el aquí y el ahora.

La técnica consiste en hacer más lentos los movimientos respiratorios y llevar el aire a la zona más profunda de los pulmones.

A esto se le llama respiración consciente o controlada.

Esta respiración se emplea con la finalidad de mejorar el metabolismo y la oxigenación celular, para crear estados de relajación, de serenidad y reducir los niveles de estrés como consecuencia de la relación entre el cuerpo y la mente.

 

 

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¿Existe una relación entre respiración y mente?

A pesar de ser sorprendente, es totalmente cierto. Estudios documentados y publicados demuestran que la respiración influye directamente en la actividad del cerebro.

Esto es claramente visible cuando una persona se encuentra en un estado de estrés o ansiedad máximo.

En estos casos, su velocidad de respiración también es alta, superficial y corta, lo que significa que el estado emocional afecta a la respiración.

No obstante, lo importante en nuestros días es que la ciencia ha comprobado que lo mismo sucede en sentido inverso. Es decir, si una persona respira conscientemente afectará de manera positiva en su estado emocional.

6 beneficios de la respiración consciente y la meditación

Con base a estos resultados, practicar un mayor control sobre las inspiraciones y exhalaciones (volverse más consciente de cómo se está respirando) puede acarrear muchos beneficios en la salud física y mental.

Regula el cortisol

Cada exhalación que se hace, disminuye la frecuencia cardíaca y “enciende” el sistema de calma (rama parasimpática).

Esto desactiva el sistema que libera las hormonas del estrés, como el cortisol.

Si, durante el día, la persona se concentra en alargar la fase de expiración, se controla la generación de cortisol.

Esta es la forma más poderosa de reducir el estrés y la ansiedad.

Ayuda a la digestión

El organismo sigue funcionando como hace miles de años. Cuando se siente amenazado, toda la sangre del intestino se envía a las extremidades para preparar la huida.

Sin embargo, en nuestros días, lo que provoca esta reacción es que se interrumpa el proceso digestivo.

Para que el organismo efectúe las actividades fisiológicas involuntarias, como la digestión, absorción y eliminación de forma eficaz, nuestra mente y nuestro cuerpo han de estar en un estado de actividad pero en calma.

Cuando se presentan condiciones anormales, de nervios, estrés o ansiedad podemos padecer hinchazón, estreñimiento, gases o diarrea.

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La respiración consciente al actuar sobre el sistema parasimpático del sistema nervioso autónomo, permite mantener un correcto proceso digestivo e incluso nos mantiene en nuestro peso ideal, por la efectividad en el metabolismo de la grasa en los tejidos que están correctamente oxigenados.

Adicional a esto, el flujo constante y potente de oxígeno a las células elimina las toxinas y permite su correcta regeneración.

Controla la presión sanguínea

El principio es el mismo, el estrés puede causar hipertensión y una manera de evitar este desequilibrio es la respiración voluntaria y controlada.

De esa forma, el cuerpo utiliza la vía del sistema nervioso capaz de reducir la frecuencia cardíaca y disminuir la secreción de hormonas que generan el estado de estrés.

Relajación muscular

La disminución de la frecuencia cardíaca al respirar de forma pausada y completa, ralentiza los latidos y relaja la musculatura.

Por otro lado, los pulmones tendrán más aire y de mejor calidad. El oxígeno se transmitirá mejor a todos los órganos y los músculos tendrán más energía.

Control emocional

Controlar el ritmo y la profundidad de la respiración, durante la práctica de la meditación de manera consciente, favorece que la mente se enfoque en el propio cuerpo, sin distraerse del presente y con sosiego.

Esta condición permite regular los estados anímicos y observar en lugar de reaccionar.

Expansión de conciencia a través de la meditación

Aunque parezca magia, la respiración consciente y la meditación pueden favorecer y activar nuestra capacidad de intuición, permitiéndonos hacer mejores elecciones, mejorar el rendimiento e incrementar nuestro bienestar.

Una rutina de respiración controlada nos ayuda a sentirnos más concentrados y nos permite tener un mayor control de la emoción en las decisiones diarias, en las acciones cotidianas y en sus consecuencias.

Terapia transpersonal reconectiva

La respiración consciente y la meditación se utilizan como valiosas prácticas dentro de la psicología transpersonal, por sus múltiples beneficios físicos y psíquicos a nivel terapéutico y de autosuperación.

Esta práctica, cuando es guiada efectivamente, facilita una mayor claridad mental y permite la liberación de hábitos y creencias perjudiciales para construir otros más sanos y beneficiosos.

Así, al respirar controladamente afloran experiencias pasadas reprimidas y dolorosas que se pueden trabajar para extraer una valiosa lección o para alcanzar una purificación emocional y espiritual.

Esta terapia de introspección proporciona un sentimiento gratificante de satisfacción propia y agradecimiento con la vida, elevando la autoestima, el amor universal y el bienestar propio.

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Crecimiento personal y espiritual con la meditación

Para las personas que se encuentran en un proceso de transformación y crecimiento personal la respiración controlada y la meditación son muy útiles para fortalecer la atención, la memoria y principalmente el control y aceptación sin juicios de sus emociones.

Ya quedó claro que la respiración depende de las emociones y cada emoción se manifiesta respirando de una manera distinta.

Cuando se aprende a controlar voluntariamente las inhalaciones y exhalaciones se está trabajando en la salud emocional y en la autoconciencia.

La respiración también está unida a los sentimientos. A través de la respiración profunda es posible desbloquear el flujo de emociones y sentimientos para atravesar una situación o experiencia que puede causar parálisis inconscientemente.

Es una técnica de sanación, que permite conectarse con el presente, con el famoso “aquí y ahora” de manera relajada.

Permite disminuir tensiones y reconectarse con la propia esencia, siendo conscientes del cuerpo y la mente, para, finalmente, vivir en equilibrio, armonía y crecimiento.

La meditación es un puente que conecta la mente con la consciencia y con el cuerpo. La respiración controlada es su pilar.

Cambiando la manera de respirar, podemos transformar nuestra realidad.

 

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