insatisfaccion

La insatisfacción es la sensación que se manifiesta en nosotros cuando lo que tenemos o hemos conseguido no nos parece suficiente.

Esto es porque algún escenario de la vida no cumple con nuestras expectativas o deseamos tener aún más de lo que ya poseemos.

Este sentimiento nos puede abordar por igual en cualquier etapa de nuestra existencia.

Incluso, puedo afirmar que es, hasta cierto punto, normal.

Además, sentirse así nos impulsa a superarnos y a seguir mejorando día a día.

Bajo esta perspectiva, estar insatisfechos es algo sano, benigno y necesario.

Esto se debe a que nos llevará a la autorrealización e impulsará nuestro desarrollo personal de una forma más plena e íntegra.

El problema se presenta cuando este sentimiento se vuelve una obsesión y, en casos extremos, un asunto patológico.

Explorando el origen de la insatisfacción

Son muchas las causas a las que pudiera hacer mención.

No obstante, cuando se vuelve algo crónico, puedo atribuir su aparición a la inseguridad.

Esta ausencia de confianza en sí mismos ocasiona que los individuos no sean capaces de disfrutar los buenos momentos que la vida les brinda.

Lo que es peor, ni son felices ni dejan serlo a los que los rodean.

insatisfaccion

La persona que posee un alto grado de insatisfacción presenta uno o la mezcla de cualquiera de estos comportamientos:

  • Incapacidad de encontrar la felicidad y, si la encuentra, esta le dura poco tiempo.
  • Propicia ambientes llenos de estrés y desasosiego en quienes la rodean.
  • Se hace la víctima en todo lo que le sucede.
  • Difícilmente, está de buen humor. Vive amargada y hace insoportable la vida de aquellos con los que convive.
  • Todo le parece mal, nada está bien y tiende a ser fatalista.

La inseguridad permanente en la que viven las personas insatisfechas tiene su origen en una mala gestión o percepción de sus necesidades.

El papel de la gestión y priorización de las necesidades

Todos los seres humanos poseemos necesidades.

Las más elementales son las fisiológicas, pues están ligadas a procesos orgánicos inherentes en toda persona.

El no ser capaz de satisfacerlas pone en riesgo la integridad y la salud del individuo que sufra de estas carencias.

Por tal motivo, es fundamental para todos cubrirlas apenas se presenten.

Sin embargo, no son estas necesidades las que causan este problema.

Resulta que el ser humano es un ente social, por lo tanto, tiene necesidades asociadas al círculo donde se desarrolla.

Estas obedecen a factores como:

  • Sentirse identificado, querido y respetado.
  • Saberse miembro de un grupo social.
  • Ser reconocido por otras personas.

Como es de apreciarse, estas necesidades dependen, en gran medida, no solo del entorno social, sino también de la percepción que se tiene de este.
 

insatisfaccion

A continuación, nombro tres motivaciones humanas que juegan un papel importante:

  1. Motivación de logro. Está relacionada con el deseo de superación.
  2. Motivación de poder. Se asocia con la necesidad de trascender.
  3. Motivación de afiliación. Se refiere a la necesidad de pertenencia a un grupo.

En una persona emocionalmente equilibrada estas motivaciones interactúan para dar solución a los problemas que se plantean.

Por su parte, una persona con problemas en la gestión y priorización de sus necesidades no experimentará un sano equilibrio entre motivaciones y necesidades.

En lugar de ello, presentará los siguientes trastornos:

  1. En la motivación de logro. Desarrollada en forma exagerada desencadena problemas de ambición desmedida.
  2. En la motivación de poder. El exceso de motivación de poder suele transformar la frustración en agresividad.
  3. En la motivación de afiliación. En este caso, el exceso genera ansiedad y depresión.

La influencia de la ambición y la envidia

Comúnmente, tendemos a confundir la ambición desmedida con el deseo de superación.

Es fundamental señalar que, aunque estas ideas están relacionadas, no son el mismo concepto.

El primero tiene consecuencias dañinas, pues genera comportamientos obsesivos-compulsivos y deteriora la estabilidad mental de la persona que la sufre.

Adicionalmente, anhelar algo con tanto frenesí puede llevarnos a comportamientos inadecuados, poner en riesgo nuestra salud y la de los que nos rodean.

La ambición como sentimiento de superación personal es, en cambio, un sentimiento positivo que nos impulsa a lograr nuestras metas.

El deseo natural de ser mejor cada día nos brinda además estas ventajas:

  • Nos abre nuevas puertas donde vayamos.
  • Nos ayuda a ganar la buena voluntad de nuestros semejantes.
  • Potencializa nuestras capacidades.
  • Nos ayuda a vivir el presente de una forma más plena y feliz.

Otro elemento dañino que causa inconformidad y hace que esta crezca en forma desmedida es la envidia.

Esto no es más que el deseo intenso de poseer lo que otra persona ya tiene.

La envidia es el compañero perfecto de la ambición desmedida.

Envidiamos lo que otro tiene porque creemos que merecemos más que otras personas.

La cruda y a veces cruel realidad es que casi nunca es así.

Tenemos lo que merecemos y lo que hemos ganado de acuerdo a nuestro esfuerzo.

Cuando esto no se manifiesta así, será cuestión de tiempo para que las cosas tomen su rumbo adecuado.

¿Cómo combatir los efectos de la ambición desmedida, la envidia y la insatisfacción?

La llave para acabar con todo este círculo vicioso que genera la ambición desmedida, la envidia y la no satisfacción está en la autoaceptación.

insatisfaccion

La solución a todos estos problemas radica en aceptarse a sí mismo.

Esto se logra reconociendo nuestras propias virtudes, tratando de mejorar nuestros defectos y aceptando nuestras limitaciones.

Emprender el camino no es tarea fácil porque implica renunciar a nuestros pensamientos.

El comienzo es lo más difícil, pues dichas ideas podrían haber estado arraigadas en nuestra mente por mucho tiempo.

Deshacerse de ellas será al principio una lucha. Pero quiero resaltar que vale la pena comenzar a dar estos pasos, ya que la recompensa es muy valiosa.

Finalmente, conviene que añada que, al aceptarnos y querernos a nosotros mismos, cerramos la puerta a todo sentimiento malsano de insatisfacción.

Lo más importante del hecho de conocernos y valorarnos es que nos irá abriendo la puerta poco a poco al mundo de la felicidad.

Como bien podemos observar, ser feliz está en uno mismo y no depende de ninguna otra persona.

0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *